martes, 15 de marzo de 2011

El espectáculo de la destrucción

Antonio Botías ha planteado una práctica sobre la cobertura informativa del terremoto de Japón:


Las informaciones sobre catástrofes son el primer generador de respuestas para tomar decisiones sociales o personales. La calidad de la información que se proporciona al público puede contribuir a mitigar las desgracias. Por el contrario, la desinformación puede provocar daños colaterales. Así sucedió en el terremoto de Chile cuando quienes escucharon por la radio informaciones consideradas "oficiales", pero que no advertían de la amenaza de un maremoto, abandonaron sus refugios exponiéndose a nuevos peligros. En las siguientes informaciones se presentan varios ejemplos reales de estos días.

La Gaceta anuncia una explosión nuclear:

RT aventuraba que el terremoto y una posible fuga nuclear provocarán el Apocalipsis. ¿No es un tanto desmesurado este término?


Aquí se puede encontrar un buen relato de por qué Tokio no vive en el caos.


Estos ejemplos suscitan algunas cuestiones relacionadas con el trabajo periodístico sobre las que podríamos reflexionar:







1 comentario:

  1. Pienso que según el tipo de información puede tener un mayor o menor grado de "amarilleo". El tema sobre el que comentamos creo que no es un tema en el que la especulación o la falta de rigor tenga lugar, podemos especular sobre una acción política relacionada con la imagen de un individuo, si ha hecho esto o aquello y tiene su lectura; pero cuando se trata de una información que incluso puede ayudar ha salvar vidas el rigor y la información no sesgada debe ser una herramienta angular.

    Los medios de comunicación no son un espectáculo, para eso están los programas de entretenimiento.

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